Una de las aportaciones de la cuentística oriental a Occidente fue el procedimiento de integrar las narraciones en estructuras superiores. El Sendebar, obra de extraordinaria difusión y origen oscuro, es uno de los modelos más sencillos y perfectos de esta práctica literaria. La narración que constituye su marco es una curiosa mezcla de motivos folklóricos y tradiciones literarias diversas, dentro de un modelo cortesano muy similar al ofrecido por otros textos sapienciales; en lo que se refiere a los cuentos propiamente dichos, éstos se organizan en torno a tres ejes principales: el saber, la corte y la misoginia.